Chile se plantea adquirir aviones de entrenamiento de segunda mano por limitaciones presupuestarias.
Tras consultas con el presidente Sebastián Piñera, el ministro de Defensa Rodrigo Hinzpeter habría informado a la Fuerza Aérea de Chile (FACH) que para acotar la inversión de capital que la compra requerirá a no más de US$ 200 millones, la solución que se seleccione para la compra de un nuevo reactor de instrucción de vuelo avanzado y táctico deberán ser de segunda mano, informaron fuentes cercanas al Ministerio de Defensa en Santiago. Según las fuentes, la Fuerza Aérea informó al Gobierno en octubre pasado que planeaba emitir una solicitud oficial de información (RfI), para la compra de una docena de nuevos reactores de entrenamiento, destinados a reemplazar a nueve mono-reactores A-36T de origen español adquiridos a mediados de los años ochenta. La FACH busca reemplazar los cada vez más caros de operar y mantener A-36T entre los años 2016 y 2017. El ministro de Defensa de ese momento, Andrés Allamand, acogió positivamente la decisión de iniciar los procedimientos para seleccionar una solución al requerimiento, pero solicitó tiempo para confirmar el nivel del marco presupuestario disponible para ese proyecto.
Con la salida de Allamand de Defensa a principios de noviembre, el tema pasó a manos de su sucesor en la jefatura de la cartera, el actual ministro Rodrigo Hinzpeter quien finalmente confirmó a la Fuerza Aérea, hace algunas semanas, que los fondos disponibles para la compra, que está prevista para oficializarse durante el año fiscal 2014, no podrán exceder a US$ 200 millones. El monto no es suficiente para cubrir la compra de doce ejemplares de un entrenador de última generación, como el T-50 Golden Eagle del fabricante surcoreano KAI, el M-346 de la italiana Aermacchi o el Hawk 120 de la británica BAE Systems. Entre las opciones viables figuran aparatos de segunda mano refaccionados y con cabina modernizada a un estándar digital (Glass Cockpit), como el L-159 de la checa Aerovodochoody o el Hawk T.1 de BAE Systems.
Avión de entrenamiento L-159
Con la salida de Allamand de Defensa a principios de noviembre, el tema pasó a manos de su sucesor en la jefatura de la cartera, el actual ministro Rodrigo Hinzpeter quien finalmente confirmó a la Fuerza Aérea, hace algunas semanas, que los fondos disponibles para la compra, que está prevista para oficializarse durante el año fiscal 2014, no podrán exceder a US$ 200 millones. El monto no es suficiente para cubrir la compra de doce ejemplares de un entrenador de última generación, como el T-50 Golden Eagle del fabricante surcoreano KAI, el M-346 de la italiana Aermacchi o el Hawk 120 de la británica BAE Systems. Entre las opciones viables figuran aparatos de segunda mano refaccionados y con cabina modernizada a un estándar digital (Glass Cockpit), como el L-159 de la checa Aerovodochoody o el Hawk T.1 de BAE Systems.
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