martes, 14 de agosto de 2012


  • impulsan a la industria de defensa en Brasil y a otros proveedores de armas a medida que los países de América Latina salen al mercado a comprar rifles, tanques y aviones de combate.
Cuando el líder del país más grande de América Latina viaja a naciones vecinas como Perú, Colombia o Guatemala, la agenda de trabajo incluye política regional, cooperación bilateral y una novedad: el negocio de equipar a las fuerzas armadas de la región.
El presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva ha promovido la venta de los aviones de combate ligero Super Tucano de Embraer entre sus colegas, muchos de los cuales llevan a cabo procesos de modernización y, en algunos casos, de ampliación de su equipamiento militar. La evolución de Embraer desde fabricante local de aviones para la fuerza aérea brasileña a proveedor militar internacional coincide con la creciente influencia de Brasil en asuntos regionales y globales.
La industria de defensa emergente de Brasil, así como las de Asia y Rusia, compiten con jugadores ya establecidos de los Estados Unidos y de Europa por el negocio de satisfacer la demanda latinoamericana.
Debido a que los riesgos de una guerra convencional son bajos hoy en día, otras amenazas como el tráfico de drogas o la guerrilla izquierdista motivan las adquisiciones de tecnología avanzada de radar, aviones y otras armas.
Esta tendencia se puso en evidencia a principios de marzo de 2008, cuando las fuerzas armadas colombianas atacaron un campamento clandestino de la guerrilla izquierdista en Ecuador, a poca distancia de la frontera con Colombia. En el ataque murieron un alto dirigente de las FARC, Raúl Reyes, y 25 personas más.
El incidente afectó las relaciones diplomáticas de Colombia tanto con Ecuador como con  Venezuela, que movilizaron tropas a sus respectivas fronteras. Pero otro efecto importante de la incursión colombiana fue el subsiguiente aumento masivo del gasto militar en Ecuador, que por primera vez comenzó a moverse para igualar el poder militar de sus vecinos.
Ecuador recurrió a Brasil, India y China para conseguir equipamiento nuevo, mientras que ha negociado con Venezuela y Chile para comprar o recibir equipos usados.
El reequipamiento militar en varios países y una mayor cantidad de proveedores que compiten por los contratos, generan cambios en los patrones de comercio militar y crea oportunidades nuevas y tensiones potenciales.
El que más gasta en términos absolutos es Brasil, acorde con su tamaño y el deseo de su gobierno de contar con capacidad de fuego y con una industria de defensa local a la altura de su importancia global y de su influencia política.
Además de equipar a sus fuerzas armadas, Brasil está exportando aviones militares a Colombia, Chile, República Dominicana, Ecuador y Guatemala. Para darle impulso a su industria de defensa, exige transferencia de tecnología a los fabricantes de armas extranjeros.
“Como un país que crece en importancia, Brasil se las ha arreglado para insistir en la transferencia de tecnología como estrategia de negocios. Ningún otro país de la región se acerca a la situación de Brasil. Ni Venezuela ni Chile”, dijo Ramiro Crespo, un analista político y económico en Quito. “Es importante entender que los intereses comerciales de Brasil son nacionales y no regionales”.
Varios líderes latinoamericanos han denunciado el incremento del gasto militar y señalan el persistente problema de pobreza en la región. En una reunión realizada en mayo, los miembros de Unasur, un pacto de seguridad que incluye a 12 países sudamericanos, acordaron crear una comisión para diseñar un sistema de medición del gasto militar que permita comparaciones entre países.
Además de las tensiones en la región andina, Venezuela ha mencionado posibles acciones hostiles por parte de Colombia y los Estados Unidos. La mayoría de los países dice que el gasto es necesario para reemplazar equipamiento obsoleto después de grandes recortes en los presupuestos de defensa desde los años 80. Dicen que necesitan nuevos equipos para patrullar fronteras, proteger recursos ubicados en zonas remotas y luchar contra el tráficos de narcóticos.
Ese fue, en parte, el caso de Ecuador, dijo Crespo, presidente de Analytica Securities en Quito. “Después de la crisis económica y la paz con Perú, el país sufrió una serie de recortes en el presupuesto de defensa”, dijo.
Ecuador salió recientemente al mercado a conseguir equipamiento nuevo y usado: entre 2008 y 2011 planea invertir más de 1.8 mil millones de dólares en equipos militares nuevos, una cifra que representa el crecimiento más alto de gasto militar en la región. Entre las compras ya hechas y las planeadas hay 18 aviones brasileños de entrenamiento y combate liviano Súper Tucano; 12 aviones supersónicos de combate Cheetah C de Denel, que pertenecían a las fuerzas armadas de Sudáfrica; y seis jets Mirage de la francesa Dassault, donados por Venezuela. Ecuador también adquirirá helicópteros ligeros Dhruv de la empresa india Hindustan Aeronautics por 51 millones de dólares, tanques alemanes Leopard de segunda mano, fragatas de clase Leander, fabricadas en Gran Bretaña y vendidas por Chile, y sistemas antiaéreos y radares de China.
El presupuesto militar de Ecuador es bajo como porcentaje del Producto Interno Bruto del país y en términos de desembolsos per cápita, según el Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo, un centro de investigación independiente.
En porcentaje del PIB, Colombia es el país que destina más dinero a compras militares (alrededor de 3 por ciento), mientras que Chile gasta más que todo el resto de la región en términos per cápita. Uno de los que menos gastan es México. A pesar de haber movilizado 50,000 efectivos en su lucha contra los cárteles de la droga y las organizaciones delictivas, el país destina menos de 1 por ciento de su PIB a sus fuerzas armadas y su equipamiento.
Brasil se fortalece
Hasta hace unos años, Brasil era un gigante diplomático y comercial en ascenso, pero un peso pluma en términos militares. El gasto militar había sido diezmado a falta de enemigos evidentes (la última guerra había sucedido casi 150 años antes) y porque el país había vuelto a la democracia.
“Era como si se hubieran olvidado de las fuerzas armadas”, dijo Respicio Antonio do Espírito Santo Jr., presidente del Instituto Brasileño para Estudios Estratégicos y Políticas Públicas de Transporte Aéreo en Rio de Janeiro. “Estaban realmente poco equipadas”.
Lula encabezó una expansión militar para poner a Brasil a la altura de su nuevo estatus mundial. Su gobierno dio a conocer una estrategia nacional de defensa en 2008 que delineó objetivos tales como reestructurar la industria brasileña de defensa y reorganizar las fuerzas armadas para que, en parte, contribuyeran al objetivo del país de conseguir un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. “Para alcanzar el lugar que se merece en el mundo”, Brasil debe estar preparado para defenderse de agresiones y amenazas, dice la nueva estrategia de defensa.
Para apoyar a la base militar-industrial local, el plan también contempla forjar alianzas con otros países latinoamericanos.
El presupuesto de defensa se disparó en un 50 por ciento para alcanzar 33 mil millones de dólares en 2009, según el gobierno, y la proporción de gasto destinada a la compra de armas creció. Brasil adquirió una flota de submarinos y helicópteros.
La nueva estrategia también exige a los proveedores extranjeros que transfieran tecnología en vez de sólo vender equipamiento. Como resultado, la empresa francesa EUROCOPTER comenzará a fabricar helicópteros a través de su subsidiaria brasileña Helibras en el estado de Minas Gerais, que tiene una participación minoritaria en la empresa.
Las multimillonarias negociaciones para comprar aviones de combate avanzados para actualizar su flota que se han extendido durante varios años, en parte por el problema de la transferencia de tecnología. Brasil también está conversando con Francia y Rusia sobre la fabricación de un submarino nuclear.
Las autoridades insisten en que Brasil no está acumulando armas espoleado por su sueño de llegar a superpoder. Dicen que la nueva política se debe a la necesidad de proteger sus costas (y las enormes reservas de petróleo allí presentes) y la vasta región del Amazonas.
Equipados con dinero del cobre
Chile está siempre en los primeros lugares de cualquier lista regional de gasto militar. Las cifras oficiales del Ministerio de Defensa dicen que el gasto representa 1.35 por ciento del PIB, mientras que el Instituto de Investigación para la Paz Internacional de Estocolmo estima que es de 3 por ciento.
“Chile, en relación a su tamaño, es el país mejor armado de América Latina, de lejos”, dijo Raúl Sohr, un analista de defensa chileno.
La financiación del gasto militar chileno viene de asignaciones presupuestarias y de una controversial reserva que recibe 10 por ciento de los ingresos anuales de la empresa productora de cobre estatal, Codelco. En los últimos años, a medida que el precio del cobre ha alcanzado récords históricos, las fuerzas armadas de Chile han disfrutado de una bonanza de dinero.
La magnitud de la reserva de cobre es un secreto guardado bajo siete llaves y ha despertado preguntas acerca de por qué los altos precios del cobre deben beneficiar siempre a los militares. Armen Kouyoumdjian, un analista de defensa en Chile, estima que los fondos superan los 3.5 mil millones de dólares, un monto equivalente al gasto en defensa en 2009 de los tres vecinos de Chile: Argentina, Perú y Bolivia.
“Gracias al dinero del fondo del cobre, Chile ha podido actualizar su armamento, como por ejemplo sus tanques, que eran ya casi piezas de museo”, dijo Kouyoumdjian.
Las fuerzas armadas de Chile justifican el aumento en el gasto señalando que este cayó durante el gobierno militar. Entre las actualizaciones, Chile sacó gradualmente de circulación viejos aviones Hawker Hunter y los reemplazó con jets de combate F-16 comprados a Holanda y los Estados Unidos. También retiró antiguos tanques M-24, M-14, AMX-30 y Sherman, y los reemplazó por modernos tanques Leopard. Chile además compró submarinos en Francia y barcos de guerra en Gran Bretaña y Holanda.
La modernización ha permitido a las fuerzas armadas disminuir el número de tropas 22 por ciento en dos décadas, desde 86,000 efectivos en 1990 a 67,000 en 2009. “ El gasto militar [de Chile] representa un enorme incremento en su capacidad de fuego”, dijo Sohr.
Contra la guerrilla y los narcos
Los objetivos del Plan Colombia han evolucionado desde erradicar el negocio de la droga hasta combatir la guerrilla marxista y ayudar a Bogotá a recuperar el control de su territorio. Hoy, los Estados Unidos siguen enviando ayuda militar a su principal aliado regional.
En la última década, Washington destinó más de 5.5 mil millones de dólares para la ayuda militar y policial a Bogotá, una cifra que incluye 421 millones para el año fiscal 2010 y que convierte a Colombia en el principal recipiente de ayuda estadounidense fuera del Oriente Medio y después de Afganistán. Durante esa década, el presupuesto de defensa del país se triplicó hasta unos 10 mil millones de dólares.
Las compras de armas de Colombia incluyen aviones de combate israelíes Kfir, helicópteros estadounidenses Black Hawk, helicópteros rusos Mi-17, lanchas de patrulla y 25 aviones Súper Tucano brasileños.

Financiado con dinero del petróleo

Las multimillonarias compras de armas del presidente Hugo Chávez en los últimos cinco años reflejan los precios récord del petróleo, la decisión de actualizar equipamiento obsoleto, y los esfuerzos por reforzar los lazos con nuevos aliados y enfrentar las tensiones crecientes con Colombia y los Estados Unidos.
El gasto militar anual venezolano creció desde 1.85 mil millones en 2003 a 4.68 mil millones en 2006 y cayó a 3.25 mil millones en 2009, según el Instituto de Investigación por la Paz Internacional de Estocolmo. Pero es difícil establecer cifras exactas en el caso de Venezuela, ya que las cuentas públicas son poco transparentes.
Rusia, uno de los aliados más preciados de Chávez y el principal proveedor de armas del país, le vendió equipamiento por 4.4 mil millones entre 2005 y 2007. Esto incluye 100,000 rifles Kalashnikov, 50 helicópteros de ataque y 24 aviones de combate, según la prensa.
La alianza entre Rusia y Venezuela promete más compras de armas. En septiembre de 2009 Rusia abrió una línea de crédito por 2.2 mil millones de dólares para la compra de tanques, misiles y un sistema de defensa antiaérea. En abril, el primer ministro Vladimir Putin dijo que Rusia le vendería 5 mil millones de dólares en equipamiento militar a su aliado latinoamericano, un anuncio que el gobierno de Chávez no ha confirmado.
Venezuela también adquirió aviones militares K-8 hechos en China.
Militarizando la narcoguerra
Poco después de asumir la presidencia en 2006, el presidente de México Felipe Calderón envió tropas al estado de Michoacán, acosado por la violencia, para combatir a los narcotraficantes en una ofensiva que se ha expandido desde entonces a 50,000 efectivos. El gasto en defensa mexicano creció 11 por ciento hasta unos 5.5 mil millones en 2009, pero aún es la mitad que el de Colombia.
En 2008, los Estados Unidos lanzaron la Iniciativa de Mérida de lucha contra las drogas, que asigna alrededor de 500 millones al año a México hasta 2011, a pesar de que los desembolsos reales han sido menores.
“Parte de la Iniciativa de Mérida implica la transferencia de helicópteros y equipamiento de detección”, dijo José Luis Piñeyro, un experto en seguridad nacional de la Universidad Autónoma Metropolitana en Ciudad de México. “Pero recientemente también se ha dicho que una prioridad es entrenar a las fuerzas de seguridad mexicanas en temas de inteligencia y derechos humanos”.
Emma Campos-Redman, analista senior de Control Risks, en Londres, dijo que la creciente violencia ligada a las drogas en zonas remotas y montañosas podría impulsar la compra de helicópteros militares y otro equipo especializado.
Al igual que otros países de América Latina, México ha actualizado su equipamiento militar, dijo Campos-Redman. “Gran parte del equipamiento militar en la región tiene 20 años o más y está obsoleto”.


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